Las múltiples ejecuciones por venganzas que han cometido en los últimos días presuntos integrantes de la mafia o del crimen organizado han convertido el territorio del Estado de México "en una tierra sin ley"; en esta ocasión las víctimas fueron un jefe de seguridad del Reclusorio Sur y su cuñado, a quienes dos delincuentes que llegaron en un automóvil Jetta sorprendieron y asesinaron de por lo menos seis balazos en diferentes partes de su cuerpo cuando comían tranquilamente unos tacos en un puesto semifijo.
Cometida la doble ejecución, los presuntos homicidas pistola en mano se abrieron paso para darse a la fuga a bordo del mismo auto, ante la aterrada mirada de varios clientes que se encontraban en el citado puesto, degustando unos tacos.
Al respecto y como ya viene siendo una molesta costumbre, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México irresponsablemente trató de ocultar todo tipo de información para no dejar en evidencia su ya marcada y conocida incapacidad y de alguna manera evitar que la opinión pública se enterara de este nuevo hecho de violencia y muerte en el territorio mexiquense.
Sin embargo y aunque posteriormente la dependencia no tuvo más remedio que dar a conocer todos los pormenores de esta nueva ejecución, fiel a su costumbre manifestó que hasta el momento se desconoce la identidad de los presuntos homicidas, de los que solamente se limitó a decir que por la forma en que cometió el doble asesinato seguramente actuaron en una nueva venganza de integrantes del crimen organizado que ya operan desde hace varios meses en el territorio mexiquense.
Los hechos que dieron como resultado las muertes de quienes fueron identificados como Armando Ignacio Juárez, de 40 años de edad, jefe de custodios de un turno del Reclusorio Sur, y de su cuñado, Alejandro Guerrero Alviter, de 30, se registraron al filo de las 10:30 horas de la mañana de hoy, frente a un puesto semifijo de tacos, ubicado sobre la Avenida Chapultepec, en el Fraccionamiento Héroes de Tecámac.
Autoridades policiacas informaron que de acuerdo con las primeras investigaciones realizadas y por el testimonio que dieron algunos testigos, el jefe de custodios del Reclusorio Sur y su cuñado degustaban tranquilamente unos tacos, cuando de repente fueron sorprendidos por dos sujetos que al parecer llegaron en un automóvil Jetta, los cuales rápidamente descendieron de la unidad y sin darles tiempo de nada, los asesinaron a quemarropa de varios balazos en diferentes partes de sus cuerpos.
Cometido el asesinato, los presuntos homicidas, de quienes únicamente se dijo que eran dos jóvenes de entre 25 y 30 años de edad subieron de nueva cuenta a su auto para darse a la fuga, sin que hasta el momento la Policía Judicial conozca nada sobre su identidad y posible paradero.
La Procuraduría mexiquense informó que aunque existen los indicios de que los ahora occisos fueron ajusticiados en una clara venganza de la mafia, no se descarta también la posibilidad de que hayan sido asesinados en una venganza de integrantes de alguna organización delictiva dedicada al robo de autos, pues el cuñado del jefe de custodios del Reclusorio Sur se dedicaba a la compraventa de automóviles.
La dependencia explicó que otra de las líneas de investigación que se siguen como posible móvil del doble asesinato es que el jefe de custodios haya tenido algún problema con internos de dicho centro de readaptación social, por malos tratos o por el mismo dominio de la zona y que éstos en respuesta lo hayan mandado a asesinar.
Un hecho palpable es que el territorio del Estado de México se ha convertido en una "tierra sin ley" e integrantes de organizaciones delictivas han sembrado el terror entre la ciudadanía, que a costa de hechos de violencia y muerte se disputan ferozmente la zona, ante la complacencia de las mismas autoridades policiacas que por temor o porque seguramente están coludidas con estos grupos criminales, permanecen pasivas y no actúan como debería ser.
También es evidente que el Procurador General de Justicia del Estado de México, Alberto Bazbaz Sacal, no ha dado los resultados que de él espera la ciudadanía y no ha cumplido cabalmente con las promesas que hizo al tomar las riendas de la dependencia, y de seguro mientras se mantenga pasivo y les dé libertad absoluta a sus allegados para hacer cambios a su conveniencia y poner en puestos clave de la Procuraduría a jefes policiacos que no tienen la capacidad para ocuparlos y que sólo están por "amiguismo o compadrazgo", la dependencia seguirá sumida en la actual crisis que enfrenta y la delincuencia seguirá haciendo de las suyas.
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