Localizan muertos a tres sospechosos de la matanza de 72 indocumentados


Los cadáveres de tres sospechosos de la masacre de 72 inmigrantes ocurrida el 23 de agosto aparecieron a la orilla de una carretera en el noreste de México luego de que en una llamada anónima se le dijo a las autoridades dónde encontrar los cuerpos, informaron el lunes funcionarios federales.

De acuerdo con información de la agencia AP, el portavoz de la Procuraduría General de la República, Ricardo Nájera, dijo que las autoridades no tienen información acerca de quién hizo la llamada, pero en el pasado han sido "entregados'' a las autoridades algunos sospechosos de asesinatos particularmente brutales relacionados con los carteles de la droga.

El secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, dijo que los cadáveres de tres hombres y dos mujeres fueron encontrados la semana pasada por soldados de la Marina, después de que un interlocutor anónimo avisó a las autoridades en un telefonema el 30 de agosto sobre la presencia de los cuerpos en una carretera del estado de Tamaulipas.

Poiré dijo que quien realizó la llamada indicó que los muertos eran responsables de la masacre de los inmigrantes centro y sudamericanos en el noreste de México. De momento no hubo información sobre la forma en que las cinco personas murieron.

El funcionario agregó que un sobreviviente hondureño de la masacre identificó a los tres hombres como participantes en la masacre. Las mujeres no fueron identificadas como responsables y no está claro por qué fueron muertas.

Nájera dijo que ``las evidencias y los señalamientos nos hacen ver como una posibilidad muy importante la participación de los Zetas'', una violenta banda de sicarios del narcotráfico.

De los testigos, sólo se ha confirmado que un ecuatoriano y un hondureño sobrevivieron.

Aunque el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, dijo que había un tercer sobreviviente, un salvadoreño que ahora se encontraría en Estados Unidos, Nájera dijo que no hay ``por el momento evidencia alguna que haya sido testigo de los hechos''.

No sería la primera vez en México que sospechosos de matanzas son denunciados en forma anónima ante las autoridades. En el 2008, algunos hombres arrojaron granadas de mano contra una multitud que celebraba el Día de la Independencia de México y mataron a ocho.

Diez días después del ataque, la policía federal dijo que una llamada telefónica anónima los condujo hacia una casa donde fueron hallados tres sospechosos amarrados, vendados y gimiendo. Los hombres afirmaron después que fueron obligados a confesar el crimen.

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