En medio de estudiantes y matrimonios viejos vivía un capo. Encargado de la plaza en Celaya, el líder de los Caballeros Templarios en esa ciudad, mantenía una vida austera, sin lujos en un departamento de clase media.
Muy cerca de la central de autobuses, en el complejo de departamentos La Floresta, Samuel Reynoso, la cabeza del grupo criminal se mantenía en el anonimato entre sus vecinos que nunca lo tomaron en cuenta.
Hoy, el departamento luce con un sello grande que impide la entrada, la puerta tiene el rastro de la intempestiva entrada de la ley encapuchada y fuertemente armada. Pero sin sellos, sin huellas de violencia, el 304 del edificio “A” del pequeño complejo habitacional era sólo un departamento más.
“Si supimos lo que pasó, hubo mucho movimiento de policías y creo que hasta los soldados andaban aquí abajo… No, la verdad no imaginamos que alguien así viviera cerca de nosotros y menos que se dedicara a todo lo que está saliendo en los periódicos”, señaló un vecino del lugar.
Según constató MILENIO, el departamento era casi temporal, en la estancia del lugar únicamente había dos sillones, una mesa de centro y un pequeño comedor para cuatro personas. Y en el mismo lugar, un refrigerador.
Después del operativo que implementó la Procuraduría de Justicia del Estado, quedaron pocas pertenencias del jefe Templario en Celaya.
A simple vista, se pudo identificar un ventilador, un aparato electrónico que aparentemente es un módem para conectarse a Internet, cajas de galletas, de un teléfono celular, pizza y varias bolsas.
El lugar es tranquilo, a pesar de que existen advertencias de los propios vecinos para cerrar las puertas y avisar cualquier movimiento extraño, aseguraron que regularmente no hay delincuencia. La calma se rompió el día del operativo.
“Bien inmueble asegurado por la coordinación estatal de homicidios de alto impacto, Sun procuraduría de Investigación Especializada (SIE)… AP 2729/2011”, dice el sello pegado con cinta canela alrededor de la puerta, misma que impide la entrada al departamento.
En medio de gente común, ciudadanos honestos, que incluso pagan mensualmente seguridad privada, vivía Reynoso. Desde un departamento de clase media comandaba asesinatos, extorsiones y la distribución de droga de la mega empresa del narco de los Caballeros Templarios en Celaya.
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