Diario de EU reseña vida de “El Ponchis”


Cuando apenas era un bebé, su padre lo llevó de San Diego, California, en Estados Unidos, a Jiutepec, Morelos, para que viviera con su abuela paterna Carmen Solís Gil.

Documentos del condado de San Diego de 1999 empleados para adopciones señalaban entonces a la señora Solís Gil, nacida en 1926, como la madre de Édgar “N” y Lina Ericka, mientras que en el acta de nacimiento de Elizabeth la abuela paterna aparece también como la madre.

Estos son algunos de los detalles de la vida de El Ponchis, quien fue detenido por el Ejército la noche del pasado jueves en el aeropuerto internacional de Morelos, cuando se disponía a abordar un avión que lo llevaría a la ciudad de Tijuana, para luego trasladarse a San Diego, California.

“El niño la adoraba (a la abuela) y veíamos que la abrazaba como si ella fuera su madre”, informó al diario San Diego Union Tribune un familiar que prefirió ser no identificado por temor a algún tipo de represalias.

Algunos de los vecinos de Édgar en Juitepec aseguraron que su padre se había vuelto a casar, por lo que él fue criado por Carmen Solís, quien falleció hace varios años.

Ya asentados en Morelos, el llamado Niño Sicario comenzó con su educación primaria, pero cuando tenía entre siete y ocho años de edad fue expulsado del colegio por golpear a una niña y enrolarse constantemente en peleas con otros menores, dice uno de sus profesores de educación física.

“Era un niño descuidado. El director (de la escuela) ponía mucha atención en él, lo consentía y le llamaba ‘mi Ponchis’”, sobrenombre que le dio su familia a los cuatro años cuando era apenas un niñito regordete.

De aspecto casi siempre desaliñado, Édgar solía pasar el tiempo vagando con chicos mayores, hasta convertirse en una especie de mobiliario de las calles de la zona, algunas veces esperando a sus amigos afuera del colegio después de clases, agrega el maestro.

“Es difícil imaginar que ha sido tan cruel, que estuvo degollando y desmembrando personas”, asegura el catedrático, pero finaliza con un “sí, tenía una tendencia a la maldad”.

Mientras esto ocurría en Jiutepec, su madre, Yolanda Jiménez Lugo, comenzaba una nueva vida en San Diego, en el barrio de Logan Heights, donde vive desde hace ocho años y lugar en que fue arrestada por la Patrulla Fronteriza. Allí compartía un departamento con sus pequeñas y su padre, Gabriel Aguirre Manuel, con quien Yolanda Jiménez se casó en 2008.

La madre de El Ponchis se dedicaba a vender cosméticos en el barrio y, según señalaron vecinos al diario local, frecuentemente tocaba las puertas de departamentos para invitar a la gente a la iglesia o para hablarles de Dios.

Incluso el propietario de los departamentos se mostró consternado con la noticia cuando fue contactado por el San Diego Union Tribune. “Estamos muy preocupados por ella. Nunca tuvimos algún problema”.

Ambas hijas de Yolanda, Lina Ericka y Elizabeth, visitaron en años recientes a su madre en San Diego. En 2008, las jóvenes pasaron varios meses en Logan Heights y eventualmente recogían del colegio a sus medias hermanas.

Aunque en ocasiones mencionaba a sus hijas, personas cercanas a la familia señalan que Jiménez Lugo jamás les habló de su hijo Édgar.

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