Los niños abandonan las escuelas de Juárez por el temor de sus padres


Por primera vez en siete años, este lunes la escuela Ramón López Velarde, en Ciudad Juárez, no tuvo su ceremonia de honores a la bandera. Los 630 alumnos, poco a poco, abandonaron las aulas ante el temor de sus padres por las extorsiones del crimen organizado.

Nadie sabe quiénes son los autores de las amenazas, sólo saben “por su acento” que no son lugareños, “no suenan como juarenses, ni como nada que esté en esta región del norte”, dice uno de los encargados del edificio, ahora vacío, quien prefiere mantener el anonimato.

Para que los niños no pierdan el año escolar, los maestros se han organizado para encargar tareas, lecturas y ejercicios en carteles que pegan en los muros del plantel que dan a la calle.

“Así los papás se asoman, toman nota, los niños siguen estudiando en sus casas, y nadie está en riesgo”, explica el empleado.

La primera llamada se registró hace un par de semanas y de inmediato dieron aviso a las autoridades. “Nos dijeron que iban a mandar unidades para protegernos, pero nunca lo hicieron”.

Los padres de familia, al saber que había amenazas de atentar contra la escuela, dejaron de llevar a los niños a clases. “Hasta que no pudimos llenar ni medio salón, venían 5 o seis alumnos y preferimos cerrar la escuela”, detalla el intendente.

Pero ésta no es la única escuela que ha optado por clausurar sus actividades. Las secundarias técnicas 15, 16, 17, 18, 30, 33 y 44 anunciaron la semana pasada que estaban siendo extorsionadas y nadie, “ni la Policía Federal ni el Ejército”, según una de las secretarias que se encontraba en las instalaciones de la 18, pudieron garantizar la seguridad de los estudiantes.

“Querían que los directivos pagáramos 60,000 pesos mensuales y si no, matarían a los alumnos”, relató. Ella coincide en que sus extorsionadores no hablan como lo hacen los habitantes del norte del país.

“Yo no creo que sean narcos, más bien son oportunistas, porque ahora cualquier delito que se cometa en la ciudad ya se dice que son de los cárteles. Saben que nadie va a investigar, que van a poder seguir extorsionándonos”.

Los representantes de la Policía Federal en esta ciudad, quienes prometieron enviar constante patrullaje a la zona, dijeron que aún no existen pistas sobre los responsables ni de si se trata de lugareños.

Según datos del INEGI, 442,833 juarenses están en edad de cursar la educación básica, y algunos cálculos señalan que sólo mitad de éstos están inscritos en una institución, y de éstos al menos 10,000 se han visto afectados por el cierre de clases.

“Son pocos los que tiene el privilegio de estudiar, ahora serán menos los que tengan oportunidad de siquiera asistir a clases sin que se les ponga en peligro”, opina Lourdes Almada, de la Mesa para la Infancia de Juárez.

A través de su oficina de comunicación social, la Secretaría de Educación Pública local dijo que no tiene datos exactos sobre el número de escuelas que han cerrado ni el número de alumnos que han dejado de ir a la escuela.

“En una ciudad donde el margen de oportunidades es mínimo, a los niños les seguimos arrebatando cualquier posibilidad de un futuro”, agrega Almada.

En tanto, el patio de la López Velarde luce vacío. “A los niños los están matando en sus casas, en la calle, en los parques, no queremos que también los maten en sus escuelas”, dijo el empleado.

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