Narcotráfico en México

Las dudas sobre lo que realmente ocurrió en el restaurante de Mexicali persisten ante las distintas versiones que han dado sobre el caso los militares.

La tardía culpabilidad de Justo Buenaventura abonó el terreno de la sospecha. Oficialmente, la realidad es que el ex Director de la PEP fue suspendido y es investigado.

Extraoficialmente, presentes en el lugar fueron claros sobre quién disparó, y no mencionaron a Buenaventura. La aparición del video tomado al interior del restaurante revelaría la verdad. La Procuraduría del Estado es la responsable de aclarar el caso.

Uno de los presentes en el restaurante “Pampas” en Mexicali la tarde del domingo 20 de julio declaró, bajo protesta de decir verdad:

“…cuando escucho un tronido igual a un disparo de arma de fuego, cuando me volteo me di cuenta que las personas que acompañaban al señor Aponte se acercaron a la mesa, quitándole una pistola de color negra tipo escuadra, misma que de inmediato una de las personas que lo acompañaba le quitó el cargador”.

Así quedó asentado en la investigación que sobre la detonación de arma de fuego se lleva a cabo en la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Sin embargo, en voz oficial, el peritaje apunta a que quien disparó el arma de fuego, fue el Mayor Justo Buenaventura Jaimes, hoy ex Director de la Policía Estatal Preventiva y a quien los testigos presenciales no ubican en la escena del disparo.

“La bala recuperada del restaurante coincide con el arma de cargo del Mayor”, dijo un alto funcionario de la administración de José Guadalupe Osuna Millán.

Extraoficialmente, en los corrillos de la Policía Estatal Preventiva el martes 22 de julio, se dijo que a la misma hora de los hechos y el domingo 20, el Mayor Buenaventura se encontraba comiendo, pero en el Kentucky Fried Chiken de la Avenida Justo Sierra. Mientras otros agentes estatales aseguraban que estaba en Ensenada.

Pero ésta no es la única contradicción en el caso “Pampas”.

La reacción de los militares, ambos, el General y el Mayor retirado, fue lenta y originó aun más versiones encontradas.

Los hechos

De acuerdo a las declaraciones de testigos, comensales y empleados del restaurante en Mexicali, el domingo a las seis de la tarde, el General Sergio Aponte Polito llegó al lugar con una mujer y una niña de entre nueve y doce años de edad. Le acompañaron también unos seis militares que hicieron la función de escoltas.

Explicaron que el Comandante de la II Región Militar llegó a la mesa número siete en el ala derecha del local. Se sentó pegado a la pared, dando la espalda a la entrada principal del restaurante. A su lado izquierdo la dama que lo acompañaba, del derecho un hombre y frente a sí, la niña. Pidieron los adultos vodka tonic, una margarita y un clamato.

Les sirvieron la comida y continuaron relajados con la bebida. Buscaron y pagaron los servicios de los músicos del lugar; las peticiones fueron variadas y la música comenzó a fluir.

Algunos declarantes identifican a Aponte como un hombre robusto, de pelo entrecano, vestido de manera informal y en franco festejo. Un brindis dio paso a otro hasta el momento justo en que los empleados realizan el corte de caja y escuchan un disparo.

Lo que siguió después, lo relataron por lo menos cinco testigos ante la Agencia del Ministerio Público: Los escoltas del General se acercaron a la mesa del militar, lo sujetaron, uno de ellos acudió a la caja registradora a pedir la cuenta, se la otorgaron y la pagó de manera inmediata.

Otro de los presentes declaró:

“Sí alcancé a ver a la persona a la que le quitaron el arma de fuego uno de los escoltas, el cual se la quitó y la descargó siendo uno de los escoltas que se encontraba en una mesa a unos metros de él, y la persona que efectuó el disparo es una persona más o menos mayor, tez clara de estatura aproximadamente 1.70 metros, complexión regular o media, el cual vestía de playera clara, y sé que tiene por cargo el de general, pero no sé su nombre, sin embargo en el lugar de los hechos me enteré que se llama Aponte Polito…

“Cuando se escuchó la detonación como ya dije, uno de los escoltas desarmó a esta persona a que me refiero y entre todos, es decir los escoltas, lo sacaron encontrándose adelante con ellos la niña y la señora”.
Los testigos coincidieron que a su salida del restaurante, Aponte Polito dio las gracias a todos los que se encontraban en el local. Acto seguido, el resto de los comensales pidió su cuenta y se fue, a excepción de dos mesas, quienes fueron testigos de que en la parte superior de la barra de ensaladas había un orificio y debajo de la mesa 22, un casquillo de bala.

Todas las declaraciones de los testigos presenciales fueron tomadas el mismo domingo 20 de julio entre nueve y once de la noche en la Agencia del Ministerio Público Investigadora de Delitos.

La discordia

El Mayor Justo Buenaventura Jaimes apareció en la escena pública hasta el martes 22 de julio, cuando en un programa radiofónico el propio General Sergio Aponte Polito lo señaló como quien accionó el arma en el restaurante.

Antes de ello, la presencia del entonces director de la PEP no se había mencionado en la escena del crimen. Testigos no lo ubicaban en el lugar. De hecho, la propia autoridad estatal, lo incluye como responsable y partícipe de la reunión hasta la noche del miércoles 23 de julio. En un informativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado explicaron:

“A las 18:43 horas en la calzada Justo Sierra en la colonia Los Pinos reportan por medio del 066 disparos con arma de fuego en el interior del restaurante ‘Pampas’ se abocaron las autoridades al lugar indicado.

“Posteriormente indican por medio de la PEP que la persona que los realizó es el acompañante del Comandante del Ejército Mexicano Aponte Polito, el cual se encontraba con él, indican que el motivo al parecer es que no les gustó la música que se estaba tocando en el lugar”.

Como “acompañante” se refieren al Mayor Justo Buenaventura Jaimes. Abunda el comunicado:

“dl Disparo fue hacia el techo del local, reportan que el casquillo encontrado es de una bala calibre 9 milímetros. Los datos los confirma la licenciado del Ministerio Público Verónica Ortiz”.

Reuniendo la versión de los testigos y la versión oficial, resaltan los hechos:

1.- Dos militares armados y bebiendo en un restaurante familiar.

2.- Los dos militares fueron acompañados por una menor de edad, frente a la cual manejaron armas pudiendo ocasionar una tragedia.

3.- Los dos militares, uno de ellos autor del disparo, abandonaron la escena del crimen.

4.- Minutos más tarde, tras conocer la llegada de peritos del estado al lugar, un convoy de militares fue enviado a solicitar la bala y el casquillo.

Las palabras de Aponte

La versión primera indicaba que quien habría realizado el disparo fue el General Sergio Aponte Polito, Comandante de la Segunda Región Militar, pero él negó los hechos el lunes en cadena televisiva estatal. De hecho, no confirma ni declara que haya estado en el lugar; simplemente asegura que él no fue quien disparó.

El martes 22 de julio, el militar ofreció otra explicación de los hechos: Que sí estuvo en el lugar pero que él no disparó, que fue el Mayor Buenaventura Jaimes.

El restaurante “Pampas” se ubica en plena avenida Justo Sierra y la primera versión surgida la tarde del domingo fue en el sentido de que “un escolta de Aponte disparó al techo después que los músicos se negaron a dejar de amenizar el lugar”.

Al día siguiente La Voz de la Frontera publicó en primera plana un recuadro con lo que cabecearon como “extraña versión” y textualmente anotaron que “alguien parecido al general Sergio Aponte pidió dos canciones en el restaurant “Pampas”, que disparó en varias ocasiones y que luego se retiró del lugar…”

Esa misma noche en el noticiero nocturno de Televisa, Aponte negó que él haya disparado su arma, pero en ese momento no aclaró si estuvo en el lugar ni menos mencionó al Mayor Buenaventura Jaime.

“Le puedo asegurar bajo palabra de honor de que en ningún momento disparé un arma de fuego. Yo soy una persona consciente y respetuoso de las leyes y de las normas de convivencia. Me alarma profundamente este manejo, porque las personas que han sido afectadas por las Fuerzas Militares de la Segunda Región Militar en el combate al narcotráfico, pueden hacer un manejo malo, distorsionado de la información y afectar el prestigio del Ejército Mexicano. Aprovecho su medio de comunicación para hacer del conocimiento de la opinión pública que el comandante de la Segunda Regional Militar no realizó ningún disparo en ese restaurante que se maneja”, finalizó el general.

De acuerdo a una versión extraoficial el lunes por la mañana el entonces Director de la PEP, Justo Buenaventura, comentó a sus superiores que el domingo había visto al general pero por la mañana, cuando visitó las instalaciones militares.

Sin embargo, el martes por la mañana el propio General Aponte habló a varios medios matutinos –radio y TV– para hacerle agregados a su anterior aclaración:

“Palabra de honor que yo no soy la persona que realizó el disparo, yo tengo conocimiento de quién es y él está dispuesto a declarar, están las pruebas con las que se puede determinar la culpabilidad de una persona, está el casco, está la pistola con la que se realizó el disparo y está también otra prueba de rodizonato que pueden hacer las autoridades para determinar quién efectuó el disparo de la arma de fuego, pero yo le puedo asegurar que yo no soy esa persona. La persona me hizo del conocimiento y me pidió disculpas porque se ha venido manejando a mi persona como la responsable de este muy lamentable (…) está de por medio mi palabra de honor que yo no fui la persona que efectuó el disparo”.

Al preguntar el conductor del programa Café Político el nombre de quién disparó, Aponte respondió:

“Sí, es el Mayor de Infantería retirado Justo Jaimes Buenaventura, el director de la Policía Estatal Preventiva de Baja California. Ahí están las autoridades para que ellas determinen quién es la persona que realizó ese disparo. Debe tener la pistola de cargo, debe tener también el casco y está de por medio la prueba de rodizonato que le puede hacer a una persona para comprobar si disparó o no un arma de fuego.”

--¿Estuvo usted el domingo en la tarde en ese restaurante? –fue la otra pregunta.

“Efectivamente, estuve con mi familia, me di cuenta del incidente y por eso salí. Tenía yo instrucciones de no hacer ninguna declaración para no entorpecer las actividades que realizan las autoridades correspondientes…Yo soy la principal autoridad responsable de velar por la seguridad de la sociedad de Baja California, yo no puedo darme el lujo de estar realizando alguna actividad negativa, lo tomaría como mal ejemplo mi personal subordinado, confían en mí y yo no puedo hacer ese tipo de actividades…”

Esa mañana del martes Aponte habló a por lo menos a un programa de radio, otro de televisión y por la noche a uno más de televisión.

A las once de la mañana de ese martes se había especulado que en la Secretaría de Seguridad Pública el titular, Daniel de la Rosa, encabezaría una rueda de prensa pero no se realizó sino hasta las cuatro de la tarde. Ahí De la Rosa anunció la suspensión del Director de la PEP.

De la Rosa dio lectura a un documento.

“Con motivo de los comentarios vertidos en diversos medios de comunicación respecto de los acontecimientos suscitados el pasado domingo en el restaurante ‘Pampas’ de esta ciudad, se ha iniciado una investigación administrativa por parte del Área de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, para determinar lo conducente, en el caso de que existiera alguna participación de algún elemento de esta Secretaría en esos hechos…

“Nuestra responsabilidad es aportar todos los elementos para el esclarecimiento de los hechos y que se deslinden responsabilidades, por lo que la autoridad competente está investigando con responsabilidad, diligencia y conforme a derecho.

“En relación al Director de la Policía Estatal Preventiva, Justo Buenaventura Jaimes Villarreal, he determinado que sea suspendido de manera preventiva para dar curso a la investigación administrativa correspondiente y determinar si existe alguna responsabilidad de su parte en los hechos mencionados”, dijo el funcionario quien además aclaró que por ministerio de ley quedaba en el cargo de Director de la PEP Juan Miguel Guillén Gutiérrez, antes subdirector técnico.

La tarde de ese martes Buenaventura Jaimes se presentó a las instalaciones de la Procuraduría ya sin uniforme a presentar su testimonio y no dio entrevistas a medios. Trascendió que en su declaración dijo que el disparo había sido “accidental”, aunque la bala pegó en el techo interior.

Esa tarde, conforme a una encuesta de opinión realizada por Periódicos Healy (PH) en la que preguntaban a sus lectores quién creían que había hecho el disparó, el 58 por ciento de los usuarios de ese servicio en internet culpaban al Mayor Justo Buenaventura Jaimes, el 25.84 pensaba que había sido otro comensal y sólo el 16.02 responsabilizaban al General Sergio Aponte Polito. Las tendencias continuaron hasta el miércoles al mediodía

De nuevo en la SSP convocaron a rueda de prensa para anunciar el cese definitivo del Mayor Buenaventura.

Sin embargo, el cese no fue tomado en cuenta como un hecho real para la comunidad de PH, quienes la tarde del miércoles 23 de julio habían modificado su percepción. Para entonces los números de Justo y Aponte estaban muy parejos: 40.63 por ciento creían que el General había disparado y 43.5 por ciento que había sido el Mayor. Era obvio que la confianza de los cibernautas estaba a la baja.

Pero la confianza que estaba disminuyendo en los lectores de noticias se estaba contrastando con el silencio del gobierno y el gerente del lugar, porque en el restaurante desde el mismo lunes, reporteros de diversos medios acudieron al lugar y los representantes de la empresa no sólo no dieron información sino que los corrieron del negocio.

Trascendió que en el lugar del incidente hay una cámara de seguridad. La noche del domingo, personal del restaurante informó a los ministeriales que todo había quedado grabado en un circuito privado instalado en la empresa y aseguraron que se podía apreciar perfectamente cuando el militar de alto rango efectuó el disparo. Los agentes le pidieron al gerente que lo llevara a la Procuraduría cuando acudiera a ratificar su declaración.
Pero al día siguiente cuando se lo requirieron alegó temor; ante tal reacción el material le fue solicitado de manera oficial y terminó diciendo que no lo tenía, sin mayores datos.

Los investigadores analizan la posibilidad que personal militar se haya quedado con el disco-archivo, basados en el hecho que la tarde del domingo habían regresado a la escena del incidente a pedirles que les entregaran la bala y los casquillos recuperados.

El miércoles la Subprocuradora de Zona en Mexicali, de la procuraduría estatal, Cecilia Maciel, en rueda de prensa convocada para otro tema, se negó a hacer declaraciones en torno al incidente en “Pampas”.

“Consideramos prudente no hacer declaraciones, revelaciones en relación a las constancias de la indagatoria para evitar especulaciones”, argumentó la funcionaria.

Cinco días después de los hechos, el hermetismo público del Gobierno del Estado, las versiones de los testigos, las pruebas periciales y las múltiples y contradictorias declaraciones del General Sergio Aponte Polito han dejado abiertas una serie de dudas que en la Procuraduría General de Justicia del Estado están obligados a aclarar.

La ola de ejecuciones de policías ministeriales que afecta a la capital sinaloense llegó a Mazatlán y dejó tirado en la calle, el cuerpo del Jefe de Investigaciones de la Policía Ministerial del Estado.

Ángel Jiménez Fuentes circulaba por la Carretera Internacional, en el cruce con la Avenida Rafael Buelna, en un vehículo blanco, Civic, Honda, cuando fue alcanzado por un camioneta roja desde donde le dispararon.

La camioneta donde viajaban los gatilleros fue encontraba abandonada minutos después, en el kilómetro 1 de la Autopista Mazatlán-Culiacán .

Jiménez Fuentes tenía una larga carrera al servicio de la Policía Ministerial y durante años estuvo destacamentado en Mazatlán.

El grupo estaba encabezado por un hombre de 35 años, quien dijo ser policía municipal, y aparentemente se dedicaba al plagio y al homicidio.

Al momento de su detención, los integrantes del grupo llevaban un arsenal.

Este grupo fue detenido cuando elementos de la PFP, al circular por Zaragoza detectaron una camioneta GMC Yukon color arena, modelo 2002 del estado de Texas con reporte de robo, la cual era conducida a exceso de velocidad, por lo que se les marcó el alto y no lo atendieron.

La SSP indicó que la captura ocurrió en el fraccionamiento Oasis, en la esquina de las calles de Tunes y Burmam.

En ese punto fueron detenidos Juan Gallegos Acosta, de 35 años; Jorge Manuel Oviedo, de 22 años; Rogelio Pérez Vidales, de 20 años; Miguel Ángel Cabello Cruz y/o Miguel Ángel Carrillo Corral, de 18 años; José Luis Rodríguez Esparza, de 22 años, y Gabriel Calderón Calderón, de 21 años de edad.

Fuentes de la SSP señalaron que el grupo podría estar ligado al cártel de Juárez y agregaron no se ha confirmado si Gallegos Acosta pertenece o perteneció a alguna corporación policiaca.

Unos niños en bicicleta localizaron un individuo ejecutado en un lote baldío que se ubica entre en el fraccionamiento Olimpo y el centro comercial Gran Plaza ayer por la tarde.

El occiso fue identificado como Cristóbal Parada Morales, de 47 años, originario de Empalme, Sonora, quien murió estrangulado.

Estaba atado de pies y manos. Tenía cubierto el rostro y la cintura con una bolsa de plástico negra y otra más que apenas le cubría las piernas. Además estaba vendado y con la cabeza cubierta con cinta gris.

Junto al cadáver se encontró una maleta deportiva negra. Se ignora el contenido de la misma ya que las autoridades se la llevaron sin antes verificar qué había en el interior.

Condena juez a Carlos Fernando Ochoa López a cumplir una pena de 19 años y seis meses de cárcel, mientras que al ex servidor público Víctor Manuel Godoy Rodríguez, le impuso una sanción de poco más ocho años de prisión.

A más de siete años de la fuga de Joaquín «El Chapo» Guzmán de un penal de máxima seguridad, dos custodios fueron finalmente sentenciados por facilitar la evasión del líder de la llamada Federación -la alianza que integran los cárteles de Sinaloa y Juárez-.

El Juez Cuarto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales, condenó a Carlos Fernando Ochoa López a cumplir una pena de 19 años y seis meses de cárcel, mientras que al ex servidor público Víctor Manuel Godoy Rodríguez, le impuso una sanción de ocho años, dos meses y siete días de prisión, por permitir la fuga de «El Chapo» Guzmán, ocurrida en enero de 2001.

Luego de un largo proceso se determinó que los custodios son penalmente responsables de los delitos de evasión de preso y cohecho, por lo que también fueron inhabilitados para desempeñar cualquier empleo, cargo o comisión en el servicio público federal por un periodo de 23 años en el caso de Ochoa López y 10 años para Godoy Rodríguez.

De acuerdo con el fallo estos custodios del Centro de Readaptación Social Número Dos, de «Puente Grande» en Jalisco, no vigilaron las puertas de seguridad del penal de máxima seguridad, ni verificaron que permanecieran cerradas y funcionaran correctamente, «lo cual de haber cumplido, hubiera evitado la evasión de»El Chapo«Guzmán».

Medio centenar de policías estatales y municipales causarán baja el último día de julio por miedo a perder la vida a manos de Los Zetas, grupo de sicarios que forman parte del cártel del Golfo, y que en la última semana se atribuyeron los crímenes de tres policías y un trabajador de Pemex.

Los agentes, quienes pidieron que no se publicaran sus nombres, señalaron que el salario que perciben es menor a cicno mil pesos al mes, que carecen de armas modernas, de chalecos antibalas y de vehículos. “Nos mandan desarmados a la guerra”, se quejaron.

Refirieron que sus tres compañeros asesinados en días pasados nada pudieron hacer para defenderse, pues “estamos a merced de la delincuencia”

Los desertores se quejaron de su seguro de vida: “Le ponen un precio muy bajo a nuestra vida: de 230 mil pesos, y una pensión para nuestra familia que en algunos casos sólo es de 3 mil 500 pesos mensuales”, se quejaron.

El 22 de julio, en Ciudad del Carmen, el comandante Jorge Antonio Dzul Caamal, y los policías ministeriales Manuel Jesús Novelo Chan y Rogelio Ibarra Alvarado fueron asesinados por la espalda por personas que lograron huir. El martes, un hombre fue encontrado sin vida y junto a él un mensaje con amenazas a policías.

En otro caso, un grupo de policías de Lerdo, Durango, realizaron un paro de labores para exigir que se les proporcione mejor equipo y que se les incremente el seguro de vida, que en la actualidad es de 40 mil pesos.

Dos personas fueron encontradas esta mañana ejecutadas a balas frente al Cuartel Militar, en la carretera Reynosa-Río Bravo. Estaban vendados de los ojos y con el clásico tiro de gracia.

Fue alrededor de las 06:50 horas de esta mañana cuando se dio aviso a las autoridades ministeriales que en el citado tramo urbano había dos cuerpos sin vida abatidos a balas, constatando los elementos policíacos la doble ejecución.

Una de las victimas era de aproximadamente 35 años, complexión regular, estatura 1.65 metros, tez morena, cabello negro con barba escasa, vestía un pantalón de mezclilla azul, camisa a cuadros color azul, y presentaba dos impactos de bala, uno a la altura del oído izquierdo y otro a la altura de la frente además estaba con los ojos vendados sin encontrar identificación alguna entre sus pertenencias.

El segundo ejecutado, tenía alrededor 35 años, complexión robusta, estatura de 1.70 metros, moreno, cabello corto, con bigote y barba, traía un pantalón de mezclilla azul, camisa café, y presentaba una herida de bala a la altura de la frente y en la espalda presentaba 7 impactos de arma de grueso calibre.

Al lugar arribaron agentes del grupo de Homicidios, personal del departamento de Servicios Periciales y el Fiscal Primero Investigador de turno, para iniciar las investigaciones correspondientes, "pero los sicarios no dejaron ninguna pista que pueda guiar a su paradero".

Este es el segundo caso que se registra en lo que va del año, en donde los sicarios tiran a sus victimas frente a las instalaciones del Octavo Regimiento de Caballería del Ejército Mexicano.

Un hom­bre no iden­ti­fi­ca­do fue en­con­tra­do ase­si­na­do a ba­la­zos, ano­che so­bre la ori­lla del ca­mi­no de te­rra­ce­ría en las pro­xi­mi­da­des del eji­do Los Lla­ni­tos, per­te­ne­cien­te a la sin­di­ca­tu­ra de Cos­ta Ri­ca.

El ha­llaz­go se lle­vó a ca­bo al­re­de­dor de las 22:00 ho­ras, en­tre Los Lla­ni­tos y Los Hui­za­ches, y fue­ron in­te­gran­tes del ope­ra­ti­vo Bo­mu 5 quie­nes en­con­tra­ron al eje­cu­ta­do a la ori­lla del ca­mi­no.

Se tra­ta de una per­so­na de unos 28 a 30 años de edad, apro­xi­ma­da­men­te, tez mo­re­na cla­ra, com­ple­xión ro­bus­ta, 1.60 me­tros de es­ta­tu­ra, pe­lo cor­to na­tu­ral, con bi­go­te.

Po­dría tra­tar­se de un vi­gi­lan­te de al­gu­na em­pre­sa de se­gu­ri­dad o de al­gu­na tien­da co­mer­cial, ya que ves­tía pan­ta­lón ne­gro de bol­sas gran­des a los cos­ta­dos, cin­to ne­gro an­cho, una pla­ye­ra gris y cal­za­ba te­nis ne­gros.

En la ma­no iz­quier­da te­nía pues­to un re­loj con ex­ten­si­ble de ace­ro ino­xi­da­ble blan­co, y se que­dó em­pu­ñan­do un ci­ga­rri­llo y un en­cen­de­dor.

A sim­ple vis­ta se le apre­cia­ban im­pac­tos de ba­la, uno en el ab­do­men y otro en el cue­llo del la­do de­re­cho.

Cer­ca del ca­dá­ver se lo­ca­li­za­ron va­rios cas­qui­llos per­cu­ti­dos de ca­li­bre .9 mi­lí­me­tros, y tam­bién a unos 500 me­tros del lu­gar, cer­ca del bor­do de un drenaje fue en­con­tra­do aban­do­na­do y re­cos­ta­do un ve­hí­cu­lo Hum­mer blan­co de mo­de­lo re­cien­te, pla­cas VJW-71-69, ca­si a pun­to de caer al drenaje.

Con una he­ri­da en la ca­be­za y ade­más cu­bier­to con una bol­sa de plás­ti­co, fue ha­lla­do el ca­dá­ver de una per­so­na del se­xo mas­cu­li­no en la Co­lo­nia Luis Do­nal­do Co­lo­sio, en es­ta lo­ca­li­dad.

Al fi­lo de las 16:00 ho­ras, ve­ci­nos de la lo­ca­li­dad se per­ca­ta­ron que so­bre la ca­lle de Mi­guel Do­mín­guez, a la ori­lla del ca­nal de aguas ne­gras Car­ta­ge­na, ya­cía iner­te el cuer­po de una per­so­na, por lo que so­li­ci­ta­ron la pre­sen­cia de la po­li­cía lo­cal.

Al si­tio arri­ba­ron los uni­for­ma­dos lo­ca­les que com­pro­ba­ron que en ese lu­gar es­ta­ba el ca­dá­ver de un hom­bre de apro­xi­ma­da­men­te 30 años de edad, por lo que de­ter­mi­na­ron pe­dir la in­ter­ven­ción del Mi­nis­te­rio Pú­bli­co.

La víc­ti­ma te­nía la ca­be­za cu­bier­ta con una bol­sa de plás­ti­co y ata­da con cin­ta ca­ne­la, ade­más que pre­sen­ta­ba una he­ri­da en esa zo­na, por lo que se pre­su­me fue eje­cu­ta­do.

La fal­ta de em­pleo, los ba­jos sa­la­rios y la ilu­sión de vi­vir en me­dio de ri­que­zas, ha pro­pi­cia­do que ca­da vez sean más las per­so­nas que a tra­vés del In­ter­net in­ten­tan ha­cer con­tac­to, en­ro­lar­se o for­mar par­te de las fi­las del nar­co­tra­fi­co.

Lo an­te­rior lo ase­gu­ra el Con­se­jo Ciu­da­da­no de los De­re­chos Hu­ma­nos (CCDH), que ase­gu­ra que a par­tir de un ejer­ci­cio de in­ves­ti­ga­ción so­bre el nar­co­tra­fi­co en Mé­xi­co, pu­bli­có en fe­bre­ro pa­sa­do dos vi­deos ti­tu­la­dos "Así En­tre­na el Nar­co", en el que apa­re­cen su­je­tos rea­li­zan­do di­ver­sos dis­pa­ros con dis­tin­tas ar­mas de fue­go.




Des­de ese en­ton­ces el vi­deo ha si­do re­pro­du­ci­do 90,000 ve­ces y te­ni­do ca­si 300 men­sa­jes, don­de los vi­si­tan­tes so­li­ci­tan in­for­ma­ción pa­ra re­clu­tar­se en al­gún cár­tel.

En las so­li­ci­tu­des, los in­te­re­sa­dos ase­gu­ran que no les im­por­ta la ac­ti­vi­dad a rea­li­zar; "es­toy bien pues­to pa­ra dis­tri­buir dro­ga o pa­ra ser­vir co­mo ga­ti­lle­ro", se lee en va­rios de ellos.

Pa­ra el CCDH re­sul­ta in­quie­tan­te que di­ver­sas per­so­nas vean co­mo una "opor­tu­ni­dad la­bo­ral" el in­te­grar­se a las fi­las del cri­men or­ga­ni­za­do, ya que ade­más de ser un sig­no de de­sem­pleo y des­com­po­si­ción so­cial, "re­fle­ja lo fá­cil que re­sul­ta pa­ra el nar­co ha­cer cre­cer el nú­me­ro de per­so­nas a su dis­po­si­ción, pa­ra se­guir rea­li­zan­do sus ac­ti­vi­da­des ile­ga­les".

Por lo que es­ta or­ga­ni­za­ción no gu­ber­na­men­tal, pa­ra evi­tar que al­gún miem­bro de cual­quier cár­tel en­tre en con­tac­to con los "as­pi­ran­tes", los men­sa­jes son su­pri­mi­dos de in­me­dia­to.

Es­tos son tan só­lo unos ejem­plos de los men­sa­jes que de­jan las per­so­nas que bus­can for­mar par­te del cri­men or­ga­ni­za­do: "Si al­guien es nar­co que me man­de un men­sa­je, a mí me gus­ta­ría ser nar­co de un cár­tel". "¿Có­mo ha­go pa­ra en­trar al ne­go­cio, ten­dría que via­jar a Mé­xi­co?". "Qui­sie­ra ser co­mo es­tos brot­hers". "Quie­ro ser ga­ti­lle­ro, có­mo me pue­do co­nec­tar con al­guien de bu­si­ne". "Yo es­toy dis­pues­to a pa­sar dro­ga, si me apo­yan yo los pue­do apo­yar". "Quie­ro co­nec­tar­me un cár­tel, soy leal si me dan chan­ce".

El CCDH re­ve­la que You­Tu­be es am­plia­men­te em­plea­do por nar­co­tra­fi­can­tes pa­ra di­fun­dir men­sa­jes de ame­na­za a gru­pos ri­va­les, ame­na­zas con­tra je­fes po­li­cia­cos, ren­dir tri­bu­to o pre­sen­tar bur­las a los nar­co­tra­fi­can­tes que son ase­si­na­dos o cap­tu­ra­dos.

En la red exis­ten cen­te­na­res de vi­deos e imá­ge­nes que es­tán re­la­cio­na­dos con el nar­co­trá­fi­co, al­gu­nos de ellos son de en­tre­na­mien­tos, otros de eje­cu­cio­nes y unos más mos­tran­do ope­ra­ti­vos po­li­cia­cos en­fren­ta­do a es­ta red del cri­men or­ga­ni­za­do.

Es de men­cio­nar que los vi­deos mos­tra­dos, se­gún di­cho ór­ga­no, fue­ron to­ma­dos por su­pues­tos miem­bros del Cár­tel de Si­na­loa y des­de que apa­re­cen en la red elec­tró­ni­ca han te­ni­do más de 90,000 vi­si­tas tan­to del país co­mo del ex­tran­je­ro.

"Nos da­mos cuen­ta de que tam­bién se in­te­re­san de otros paí­ses, por­que la gen­te re­fie­re en al­gu­nos de ellos que es­tán dis­pues­tos a via­jar a Mé­xi­co o tam­bién cues­tio­nan si só­lo se re­clu­ta en el te­rri­to­rio na­cio­nal".

Una casa de seguridad de presuntos delincuentes ubicada en la Calle Joselito Huerta, en el Fraccionamiento Jardines del Toreo en Mazatlán, fue cateada y asegurada la noche del domingo por elementos de la Policía Federal y la Procuraduría General de la República.

En dicho domicilio fueron hallados siete envoltorios de metanfetamina o "crystal", unas botellas, dos de ellas contenían acetona, así como un envoltorio de mariguana y una cobija enrollada con cinta masking tape, informó personal allegado a la Subdelegación de la PGR en el sur del estado.

"Por la cobija que se encontró, o tenían anteriormente alguien 'encobijado' o iban a 'encobijar' a alguien", agregó.

La casa no contaba con muebles, continuó, por lo que se presume que las personas que la ocupaban sólo llegaban a dormir o a refugiarse.

Manifestó que el cateo y aseguramiento que se efectuó el domingo es parte del seguimiento de investigaciones recientes que se realizan por esa zona.

Sin embargo, no se dio a conocer a quien pertenece la vivienda, aunque en un recibo de consumo de luz que se localizó en el lugar aparece a nombre de una mujer.

El miércoles de la semana anterior, tras una persecución, personal de la Policía Federal y de la PGR también catearon una residencia ubicada en la Avenida el Toreo, en el Fraccionamiento en Toreo, donde aseguraron un arsenal, importante cantidad de droga y dinero, entre otros artículos.

Durante la persecución y el cateo fueron detenidos cuatro adultos y una menor de edad; los primeros fueron consignados ante el Juez Octavo de Distrito y la infante fue puesta a disposición de la Agencia del Ministerio Público Especializada en Adolescentes, para que se les determine su situación jurídica.

ENCONTRARON
En la vivienda, ubicada en Fraccionamiento Jardines del Toreo, encontraron pequeñas dosis de drogas y otros implementos considerados sospechosos.
* Siete envoltorios "crystal"
* Dos botellas con acetona
* Un envoltorio de mariguana
* Una cobija enrollada con cinta masking tape

Un hombre fue ultimado a balazos a bordo de su automóvil Megane color gris, los hechos ocurrieron en la calle Emiliano Zapata de la colonia El Mante del municipio de Zapopan.

Según testimonios, un hombre le disparó cuatro veces y posteriormente se dio a la fuga.

Al lugar acudieron las autoridades correspondientes, quienes informaron que en la parte trasera del automóvil dormía el hermano del fallecido, el cual aseguró que no se dio cuenta de lo ocurrido.

“Que no se percata nada, se menciona que estaba totalmente dormido, ya que estuvieron ingiriendo bebidas embriagantes este desde temprana hora”, comentó un policía zapopano.

El fallecido respondía al nombre de Gonzalo Eliazer Rangel de 24 años de edad. Su hermano Francisco Javier, integrante de la banda Saucillos, quedó en calidad de detenido, para realizar las investigaciones que lleven al culpable del asesinato.

De un ba­la­zo en la ca­be­za fue eje­cu­ta­do un hom­bre de apro­xi­ma­da­men­te 35 años de edad; el cuer­po fue des­cu­bier­to al fi­lo de las 10:30 ho­ras den­tro de un ve­hí­cu­lo aban­do­na­do en las ca­lles de la Co­lo­nia Va­lle de Ara­gón.

Ve­ci­nos de la lo­ca­li­dad aler­ta­ron a la po­li­cía res­pec­to a que des­de ha­cía va­rias ho­ras es­ta­ba aban­do­na­do el co­che Ford Fies­ta, pla­cas de cir­cu­la­ción MCH-90-51.

Los uni­for­ma­dos se pre­sen­ta­ron en la es­qui­na que for­man las ca­lles Va­lle de Me­na y Pe­ri­fé­ri­co, en Va­lle de Ara­gón, don­de pu­die­ron com­pro­bar que efec­ti­va­men­te es­ta­ba aban­do­na­da la uni­dad.

Al acer­car­se los po­li­cías se per­ca­ta­ron que so­bre el asaien­to tra­se­ro del au­to ya­cía iner­te el cuer­po de una per­so­na del se­xo mas­cu­li­no, sin em­bar­go, so­li­ci­ta­ron el apo­yo de pa­ra­mé­di­cos de la re­gión, quie­nes cons­ta­ta­ron que di­cha per­so­na ha­bía de­ja­do de exis­tir al pa­re­cer a cau­sa de un ba­la­zo que re­ci­bió en la ca­be­za.

Per­so­nal del Mi­nis­te­rio Pú­bli­co se pre­sen­tó al lu­gar de los he­chos e ini­ció las pri­me­ras in­ves­ti­ga­cio­nes del ca­so. Ve­ci­nos de la zo­na ma­ni­fes­ta­ron que des­co­no­cen la iden­ti­dad del oc­ci­so, ade­más que no es­cu­cha­ron nin­gún dis­pa­ro, por lo que pu­do ha­ber si­do eje­cu­ta­do en al­gún lu­gar dis­tin­to.

El cuer­po del oc­ci­so, de apro­xi­ma­da­men­te 35 años de edad, fue tras­la­da­do a las ins­ta­la­cio­nes del Mi­nis­te­rio Pú­bli­co, zo­na nor­te, pa­ra con­ti­nuar con las in­da­ga­to­rias y dar con los res­pon­sa­bles.

Dos hermanos vecinos de la comunidad de San Rafael fueron acribillados a balazos cuando circulaban por la carretera México 15.

Datos recabados en el lugar de los hechos indican que las víctimas son Francisco Miguel Flores Gaxiola, de 41 años, y Fredy Antonio Flores Gaxiola, de 28, ambos de la comunidad antes citada.

Estas personas viajaban a las 13:0 horas por la carretera Internacional México 15, de norte a sur, a bordo de un automóvil Toyota Camry, color blanco, con placas VXF6535 de Sonora.

Se dijo que aproximadamente un kilómetro antes de llegar al entronque con la carretera vieja de El Burrión se les emparejó otro vehículo, del cual se desconocen características, de donde los rafaguearon con rifles de alto poder.

En el automóvil quedó sin vida y con múltiples impactos de bala Fredy Antonio, quien conducía el vehículo, mientras que su hermano alcanzó a salir del automóvil.

Al parecer, Francisco Miguel alcanzó a correr cerca de 40 metros hacia abajo de la carretera, pero los sicarios le dispararon y lo derribaron.

Supuestamente uno de los gatilleros llegó hasta donde estaba Flores Gaxiola y descargó su rifle para rematarlo, ya que se encontró un cargador y cartuchos útiles a un costado del cuerpo del infortunado.

El cuerpo de esta víctima presentaba más de 40 impactos de bala.
Del lugar de los hechos, peritos de la PGJE recogieron 107 cascajos para rifle AR-15 y AK-47.

Un investigador de la Policía Ministerial del Estado fue acribillado a balazos por varios sicarios en la colonia Emiliano Zapata, quienes al minuto y medio regresaron para rematarlo frente a varias personas que se habían acercado a observar el cadáver.

Con la muerte de este elemento de la PME suman 68 los policías asesinados en Sinaloa de enero a la fecha, y se convierte en el homicidio doloso número 600 en lo que va del año.

El agente acribillado fue identificado como José Virgen Ojeda Zazueta, 43 años, adscrito a la Coordinación de Robo de Vehículos de la Policía Ministerial del Estado.

En el lugar trascendió que era primo de Faustino Ojeda, un presunto gatillero originario de esta ciudad que fue ejecutado hace tres años en Tamaulipas.

Según las autoridades, el ataque contra el elemento de las fuerzas de seguridad ocurrió a las 07:25 horas sobre la calle Plan de Ayala, en la colonia Emiliano Zapata, cuando circulaba por esa rúa de oriente a poniente a bordo de una Chevrolet Silverado, color azul, placas TX-66249 de Sinaloa.

Antes de llegar al cruce con avenida Revolución se le emparejó un comando armado que viajaba a bordo de una pick up y en un sedán Honda.

Los ocupantes de ambas unidades le ordenaron que se orillara y detuviera, pero Ojeda Zazueta hizo caso omiso, por lo que los gatilleros con una de las unidades golpearon la defensa de la Chevrolet Silverado.

El oficial se orilló y detuvo la marcha de su unidad, situación que fue aprovechada por unos cinco sicarios, quienes abrieron fuego contra el investigador de robo de vehículos de la PME.

Tras acribillarlo, los matones subieron a las unidades y pegaron la huida.

Los mirones y vecinos se comenzaron a juntar en los alrededores de la camioneta para ver a la víctima, cuando de pronto el comando armado regresó y con palabras altisonantes los corrieron de la escena e inmediatamente remataron con sus fusiles a Ojeda Zazueta.

Las autoridades recogieron más de 100 casquillos calibre 7.62x39mm para fusil AK-47 "cuerno de chivo".

Y la segunda...

El comandante de la Policía Ministerial del Estado, José Virgen Ojeda Zazueta, asesinado en la colonia Emiliano Zapata, ya había sufrido un atentado a manos de gatilleros que intentaron ejecutarlo el 17 de octubre del 2005.

En esa ocasión Ojeda Zazueta viajaba en compañía de su hija Reyna Fabiola Ojeda, de 17 años, quien es estudiante de segundo año de preparatoria.

El atentado se registró alrededor de las 06:45 horas de ese día sobre la calle Plan de Tuxtepec, y Fray Andrés Tello, a un costado de la escuela secundaria Nakayama, en la colonia Emiliano Zapata.

A esa hora José Virgen Ojeda salió de su casa en una camioneta Ford Lobo, con placas TU-33512 de Sinaloa.

El ministerial, originario de Las Tapias, se dirigía a dejar a su hija a la preparatoria y enfiló por la calle Plan de Tuxtepec.

Fue al pasar la calle Fray Andrés Tello cuando el comandante fue interceptado por un grupo de sujetos que le empezaron a disparar con fusiles de asalto AK-47.

La unidad recibió cerca de 50 impactos de bala, dos de las cuales hirieron a la joven, quien pese a las graves heridas que sufrió logró sobrevivir.

Vecinos dijeron que el comandante alcanzó a reaccionar, desenfundó su pistola, salió de la camioneta y disparó contra los sicarios. Después herido corrió con dirección hacia su casa solicitando auxilio por el radio de la corporación.

Sin embargo ayer José Virgen Ojeda no corrió con la misma suerte que hace tres años, al ser ejecutado por un comando de sicarios a tan solo tres cuadras de aquel primer atentado.

Una balacera se registro la madrugada de este domingo donde una persona perdió la vida y tres mas resultaron con lesiones de consideración.

Los hechos se registraron cerca de la 1:30 de la madrugada de este domingo en las calles Venustiano Carnaza y Manuel Acuña de la colonia San Isidro del municipio de Camargo cuando dos bandas diferentes se enfrentaron a balazos.

En lugar de la balacera quedo una persona del sexo masculino sin vida que hasta el momento no ha sido identificada así como también quedo lesionado un hombre de 25 años de edad, con domicilio en las calles Manuel Acuña y Santos Degollado de la colonia Benito Juarez el cual presentaba una herida producida por proyectil de arma de fuego en sedal, en la cabeza, también un joven de 18 años de edad con domicilio en la calle 2 de abril mismo que presentaba dos impactos de bala de los cuales uno en la mano derecha y uno en la pantorrilla izquierda asi mismo otra mas des sexo masculino de 22 años de edad.

Las tres personas que resultaron lesionadas fueron trasladadas para su atención medica a los nosocomios locales.

Victoriano Araujo Payán, hermano del extinto presunto jefe de sicarios Gonzalo "El Chalo" Araujo, fue asesinado a balazos este domingo por la mañana por otro reo en la antesala de la comandancia del Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito (Cecjude).
En compañía de un sobrino con quien fue detenido en noviembre del año 2006, esperaban que el comandante los recibiera.

Versiones contrarias. Autoridades del penal dieron a conocer que Araujo Payán había pedido hablar con él, pero familiares aseguraron el comandante fue el que lo llamó, pues quería platicar de su posible salida.

"A mi papá lo puso el comandante Camacho, le habló desde un día antes para que fuera a la comandancia, donde lo mataron los del módulo 15, que se supone eran amigos suyos", señaló una hija.

Horas después del atentado Jorge Omar González Félix, director del penal, señaló que el agresor no había sido identificado, y que el arma usada no era localizada.

Respecto a lo dicho por la hija, el alcaide negó que exista un comandante de apellido Camacho.

En la agresión resultó herida Juana García Contreras, estaba de visita y platicaba con el comandante Eudocio Contreras en su oficina.

Resultó con una herida en pierna, otra en rodilla del lado izquierdo.

También salió baleado Fernando Gaxiola López, de 30 años, de Campo Romero, Navolato; sufrió herida en hombro derecho y otra en cuello.

Policías que acudieron a reforzar la seguridad, dijeron que un elemento de la Policía Estatal Preventiva (PEP) sufrió una herida en forma de sedal, pero luego el alcaide descartó dicha versión.

El arresto. Araujo Payán, hermano de "El Chalo" Araujo, que el viernes 13 de octubre del 2006 se suicidó de un balazo en su casa ubicada en el Infonavit Humaya, fue detenido el 4 de noviembre de ese mismo año.

Lo arrestaron con su sobrino Fernando Gaxiola con un rifle AR-15, un AK-47, cuerno de chivo, y dos pistolas calibre 9 Milímetros.

Elementos de varias corporaciones de policía los detuvieron en la Lombardo Toledano, por la Martiniano Romero; iban en una Ford Explorer tinta, modelo 2002, placas VVU3468, de Sonora.

Los habían reportado realizando disparos.

Quedaron a disposición del Juzgado Segundo de Distrito por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y Fuerza Armada.

El 27 de agosto del 2007 los sentenciaron a 4 años, 5 meses de prisión y 115 días de multa: 5 mil 268 pesos.

En el área jurídica del Cecjude le aparecía el 14 de noviembre de este año como fecha en la que podría solicitar su preliberación.

Las pesquisas. Ayer a las 11:00 horas hablaría de dicho tema con el comandante, pero fue asesinado a balazos por uno, o varios reos del módulo 15, refirieron algunos familiares horas después en la entrada al penal.

Se informó que frente a la comandancia hay cámara de videovigilancia que debió haber captado a los internos involucrados en el atentado.

Al cierre de esta edición en torno a las primeras pesquisas las autoridades no habían informado nada.

La mujer quedó en el Hospital General, Fernando en el Seguro Social bajo un fuerte dispositivo de seguridad.

En lo que se pre­su­me co­mo un ajus­te de cuen­tas en­tre ban­das de­lic­ti­vas vin­cu­la­das al nar­co­me­nu­deo, un jo­ven de apro­xi­ma­da­men­te 26 años de edad fue pri­va­do de la vi­da al re­ci­bir al me­nos cin­co pu­ña­la­das en dis­tin­tas par­tes de su cuer­po. El fa­tí­di­co su­ce­so se re­gis­tró en ca­lles de la Co­lo­nia Ba­rrio Nor­te, De­le­ga­ción Al­va­ro Obre­gón.

Ayer los re­pre­sen­tan­tes de la ley fue­ron aler­ta­dos so­bre la pre­sen­cia de una per­so­na que ha­bía si­do apu­ña­la­da en la ca­lle ce­rra­da de Allen­de, es­qui­na con Al­da­ma de la ci­ta­da co­lo­nia.

De in­me­dia­to, po­li­cías pre­ven­ti­vos ads­cri­tos al sec­tor Ba­rrio Nor­te se tras­la­da­ron al re­fe­ri­do lu­gar don­de de­tec­ta­ron el cuer­po iner­te de un hom­bre, quien pre­sen­ta­ba va­rias he­ri­das por ar­ma pun­zo­cor­tan­te prin­ci­pal­men­te en el cue­llo y en uno de sus bra­zos.

Se­gún ver­sión de al­gu­nos tes­ti­gos, el aho­ra oc­ci­so quien en vi­da res­pon­día al nom­bre de Juan Car­los Ríos Her­nán­dez era un adic­to de la zo­na, el cual man­te­nía cons­tan­tes ri­ñas con ban­das ri­va­les, por lo que en la ma­dru­ga­da de ayer al­can­za­ron a es­cu­char una aca­lo­ra­da dis­cu­sión en la ci­ta­da ca­lle.

Fue en el trans­cur­so de la ma­ña­na cuan­do des­cu­brie­ron que la víctima falleció a con­se­cuen­cia de las he­ri­das que re­ci­bió por par­te de sus agre­so­res, por lo que so­li­ci­ta­ron la pre­sen­cia de los uni­for­ma­dos.

Más tar­de hi­cie­ron ac­to de pre­sen­cia, elementos de ser­vi­cios pe­ri­cia­les de la Fis­ca­lia Des­con­cen­tra­da en Al­va­ro Obre­gón, quie­nes pro­ce­die­ron en rea­li­zar las pes­qui­sas co­rres­pon­dien­tes con el fin de de­ter­mi­nar el mó­vil que ori­lló a la muer­te de Ríos Hernández.

Pos­te­rior­men­te, las au­to­ri­da­des mi­nis­te­ria­les pro­ce­die­ron al le­van­ta­mien­to del ca­dá­ver pa­ra su tras­la­do al an­fi­tea­tro de la de­le­ga­ción don­de en las pro­xi­mas ho­ras se es­pe­ra sea re­cla­ma­do por sus fa­mi­lia­res.

En tan­to, ele­men­tos de la Po­li­cía Ju­di­cial ca­pi­ta­li­na ini­cia­ron una ex­haus­ti­va in­ves­ti­ga­ción a fin de lo­ca­li­zar al o los pre­sun­tos res­pon­sa­bles de tan ar­te­ro y san­gui­na­rio cri­men.

Se salva un elemento de Tránsito de ser ejecutado por un comando armado, cuando al sicario encargado de disparar se le encasquilló el “cuerno de chivo” y los sujetos tuvieron que emprender la retirada.

Los hechos se dieron en el cruce de Toronja Roja y Zaragoza, lugar donde el comando armado interceptó al oficial e intento acabar con su vida, sin lograr su encomienda.

El agente Rogelio Vargas Lee, quien porta la patrulla 168 quedo sorprendido al sentir la muerte cerca y percatarse que las balas del arma que terminaría con su vida nunca atentaron contra su integridad.

"Encajuelados" y con huellas de tortura fueron encontrados esta madrugada dos agentes de la Policía Ministerial del Estado en el centro de la ciudad, con lo que suman ya 67 los uniformados asesinados este año en Sinaloa.

Los investigadores asesinados se llamaban Everardo Esparza Galindo, alias "El Chapo", y Jorge Rodríguez Herrera, alias "El Maniquí", adscritos a la Coordinación de Investigaciones de Homicidios Dolosos, en esta ciudad capital.

Según los primeros reportes, las corporaciones fueron alertadas sobre un vehículo Dodge Neon, color blanco, modelo 2006, placas VHV-20-61 de Sinaloa, que se encontraba con uno de los vidrios abajo, sobre la calle General Ignacio Zaragoza casi esquina con General Domingo Rubí.

Al registrar la unidad, policías y soldados se percataron que en el asiento del copiloto se hallaba un maletín negro, y en el asiento trasero se encontraban un fusil G-3 calibre 7.62x51mm, y dos pistolas calibre .9 milímetros, además de un radio Matra.

Al checar la tapadera de la parte trasera, por dentro del vehículo, se obsevó a una persona, por lo que se pidió la presencia del agente del Ministerio Público para abrir la cajuela de la unidad.

Dentro de la cajuela fueron encontrados sin vida los agentes, amarrados de las manos y los pies, y a simple vista se les apreciaban huellas de tortura.

Hasta el momento se desconoce si presentaron impactos de bala.

La muerte de los agentes se da días después de que un grupo de 20 elementos de la PME solicitó su baja ante las autoridades del Gobierno del Estado, aludiendo inseguridad laboral y bajos salarios.

A ple­na luz del día, dos per­so­nas eje­cu­ta­das fue­ron arro­ja­das en un pre­dio en­mon­ta­do de la zo­na re­si­den­cial Co­li­nas de San Mi­guel, al sur de la an­te­na de la te­le­vi­so­ra Ca­nal 3, co­mo siem­pre no hay tes­ti­gos.

Las víc­ti­mas, de acuer­do a un in­for­me po­li­cial, se en­con­tra­ban de­sa­pa­re­ci­das des­de el pa­sa­do do­min­go lue­go de ser "le­van­ta­das" por su­je­tos ar­ma­dos.

El dic­ta­men ini­cial fo­ren­se es­ta­ble­ce que am­bas víc­ti­mas pre­sen­ta­ban hue­llas de tor­tu­ra y ti­ros en di­fe­ren­tes par­tes del cuer­po.

La po­li­cía in­ves­ti­ga­do­ra ras­trea una lla­ma­da anó­ni­ma que aler­tó a las au­to­ri­da­des de los ca­dá­ve­res, al pa­re­cer el in­for­man­te era par­te de los su­je­tos que ti­ra­ron los cuerpos en esa zo­na.

Fuen­tes ofi­cia­les de la Pro­cu­ra­du­ría de Jus­ti­cia in­di­can que uno de los oc­ci­sos res­pon­día en vida al nom­bre de Je­sús Al­ber­to So­lís Chá­vez, quien con­ta­ba con 22 años de edad y con do­mi­ci­lio en la Co­lo­nia In­fo­na­vit So­li­da­ri­dad.

Es­te fue en­con­tra­do su­je­ta­do de pies y ma­nos ha­cia atrás con cin­ta in­dus­trial gris, tam­bién he­ri­das de ar­ma de fue­go en la ca­be­za.

La se­gun­da víc­ti­ma fue re­gis­tra­da co­mo Os­car Al­va­rez Na­va­rre­te, de 21 años, tam­bién del sec­tor so­li­da­ri­dad, fue lo­ca­li­za­do en­vuel­to en un co­ber­tor azul flo­rea­do ma­nia­ta­do con cin­ta, y cu­bier­to el ros­tro con bol­sas ne­gras.

El ha­llaz­go se pro­du­jo a eso de las 15:00 ho­ras, en un pre­dio ubi­ca­do a un cos­ta­do de la ave­ni­da del Pi­rul, en­tre las ca­lles Mon­te Ca­si­no y Mon­te El­baoz.

Es­ta­ban prác­ti­ca­men­te jun­tos y a un cos­ta­do de ellos los de­tec­ti­ves lo­ca­li­za­ron hue­llas de neu­má­ti­cos.

Los aho­ra oc­ci­sos fue­ron pri­va­dos de su li­ber­tad el pa­sa­do do­min­go, fren­te a un ex­pen­dio de cer­ve­za "TKT" ubi­ca­do fren­te al mo­tel Tres Ríos, en la co­lo­nia In­fo­na­vit Hu­ma­ya.

Am­bos abor­da­ban una ca­mio­ne­ta de co­lor ro­jo, mien­tras otra per­so­na que los acom­pa­ña­ba com­pra­ba al­gu­nas "he­la­das". Fue en esos ins­tan­tes cuan­do fue­ron sor­pren­di­dos por su­je­tos ar­ma­dos y su­bi­dos a la fuer­za en un ve­hí­cu­lo Jeep-Li­berty, co­lor pla­ta. Su com­pa­ñe­ro que com­pra­ba cer­ve­za es­ca­pó a pie.

Fue ayer cuan­do Je­sús Al­ber­to y Os­car fue­ron en­con­tra­dos ase­si­na­dos.

Su­je­tos ar­ma­dos con fu­si­les au­to­má­ti­cos abrie­ron fue­go ano­che en tres oca­sio­nes de ca­rro a ca­rro con­tra dos hom­bres, ma­tan­do a uno de ellos en el lu­gar en tan­to el se­gun­do re­sul­tó gra­ve­men­te he­ri­do.

El so­bre­vi­vien­te al aten­ta­do cuen­ta con ape­lli­dos de Bel­trán Ley­va, lo que "des­per­tó" a los al­tos man­dos fe­de­ra­les y mi­li­ta­res.

Lo iró­ni­co del su­ce­so es que los ga­ti­lle­ros em­pe­za­ron a dis­pa­rar fren­te a las ofi­ci­nas prin­ci­pa­les de la Uni­dad Mix­ta de Aten­ción al Nar­co­me­nu­deo, me­jor co­no­ci­da co­mo (UMAN) y nin­gu­na au­to­ri­dad per­si­guió a los res­pon­sa­bles.

El oc­ci­so fue iden­ti­fi­ca­do me­dian­te una cre­den­cial ofi­cial con el nom­bre de Paul Yu­bal Avi­lés Ace­ves, de apro­xi­ma­da­men­te 28 años de edad, con do­mi­ci­lio en La­gu­na de Tex­co­co, nú­me­ro 3041, de la Co­lo­nia Lo­mas del Bou­le­vard.

El he­ri­do fue re­gis­tra­do an­te la po­li­cía in­ves­ti­ga­do­ra co­mo Abel Bel­trán Ley­va, de 27 años, con do­mi­ci­lio en Lom­bar­do To­le­da­no.

Am­bos via­ja­ban a bor­do de un ve­hí­cu­lo Pon­tiac, Gram Am, gris me­tá­li­co, con ma­trí­cu­la de Si­na­loa VJJ-21-20.

Los he­chos se re­gis­tra­ron a eso de las 22:15 ho­ras.

El in­for­me ini­cial de la Pro­cu­ra­du­ría de Jus­ti­cia in­di­ca que las víc­ti­mas se des­pla­za­ban ha­cia el orien­te del Bou­le­vard Mé­xi­co 68 y jus­to fren­te a las ofi­ci­nas de la UMAN se les em­pa­re­jó un ve­hí­cu­lo Ex­plo­rer do­ra­do, de don­de des­co­no­ci­dos em­pe­za­ron a dis­pa­rar­les.

Los abor­dan­tes del Gram Am re­ci­bie­ron un se­gun­do ata­que en la "cu­ne­ta"; que se for­ma en esa zo­na y cho­ca­ron con­tra un ár­bol co­lo­ca­do fren­te a un do­mi­ci­lio ubi­ca­do ca­si fren­te a la en­tra­da del es­ta­cio­na­mien­to de Wal Mart.

Tras el im­pac­to, dos de los ga­ti­lle­ros des­cen­die­ron del ve­hí­cu­lo y "re­ma­ta­ron" a Paul Yu­bal y a Abel Bel­trán.

Tras huir los res­pon­sa­bles, co­mo siem­pre el es­ce­na­rio se ati­bo­rró de los cuer­pos po­li­cia­cos. El he­ri­do fue au­xi­lia­do por per­so­nal de Cruz Ro­ja y tras­la­da­do en una am­bu­lan­cia al Hos­pi­tal Ge­ne­ral. Su es­ta­do has­ta el cie­rre de la pre­sen­te edi­ción era re­por­ta­do co­mo gra­ve.

El director del Cereso Municipal, Salvador Barreno Chávez, dejó de existir minutos después de haber sufrido un atentado en el que resultó gravemente herido, mientras que su escolta murió en el lugar de los hechos en Zaragoza y Eje Vial Juan Gabriel, al recibir sendos disparos de arma de fuego, tras ser rafagueados.

Varios hombres armados llevaron a cabo el atentado en contra del director del Cereso local la tarde de ayer, cuando Salvador Barreno se trasladaba por el Eje Vial Juan Gabriel a la altura de boulevard Zaragoza.

El funcionario Salvador Barreno Chávez fue trasladado bajo extremas medidas de seguridad al Centro Médico de Especialidades por paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, tras ser reportado como grave, debido a que presentaba varios impactos de arma de fuego de grueso calibre en el pecho y en la nuca.

Los testigos dijeron que al chofer del director del Cereso local de nombre Jorge Agüero, de 27 años de edad, le provocaron exposición de masa encefálica y que perdió la vida de inmediato, a causa de las múltiples heridas que le provocaron los impactos.

Los hechos sucedieron la tarde de ayer, cerca de las 16:35 horas, de acuerdo a los curiosos que se encontraban a la altura de las calles Eje Vial Juan Gabriel y boulevard Zaragoza, el automóvil en que se desplazaban los agredidos, un Grand Marquis, color blanco, fue alcanzado por al menos dos camionetas tipo Tahoe, una de ellas, realizándoles varios disparos, sin darles oportunidad a que repelieran el ataque o se escaparan del sitio, quedando varado en medio de los camellones.

Los hechos suceden a escasas horas de que se implementara un operativo de búsqueda en el interior del penal, donde fueron localizadas más de 100 puntas hechizas, así como teléfonos celulares, además, hace algunos pocos días, encontraron varios kilos de mariguana entre unas escaleras en los pasillos de la misma penitenciaría, lo cual pudiera relacionarse con este atentado, dijeron algunos agentes que se encargaron del levantamiento del cuerpo del escolta del funcionario, y posible elemento municipal.

Un movimiento inusual se realizó a raíz del atentado, acudieron al sitio decenas de agentes ministeriales, federales, y municipales, quienes acordonaron el área para evitar intromisión de curiosos, así como para el levantamiento de evidencias.

Aseguran, además, armas y vehículos a Jesús Ernesto Sauceda, a quien relacionan como presunto autor material de la matanza de jóvenes en Guamúchil

Miembros del operativo Culiacán-Navolato aseguraron cuatro residencias, armas y vehículos incinerados, a Jesús Ernesto Sauceda Félix, El Chapo Sauceda, a quien se le relaciona como presunto autor material de la ejecución de ocho personas, en la ciudad de Guamúchil, entre ellos, tres menores de edad.

En octubre del 2006, en esa misma ciudad, en la colonia Cuautémoc, fueron asesinadas cinco personas y dos resultaron heridas, entre las victimas se encontraban tres niños, por lo que su hermano, José Lucano Sauceda Félix, fue detenido y consignado por los hechos.

De acuerdo a un comunicado emitido por la vocera del Operativo Conjunto Culiacan-Navolato, un agente del ministerio público federal decomisó, con apoyo de personal militar, un revólver, un rifle calibre 22 y cartuchos, en el interior de la vivienda marcada con el 517 de la calle Francisco y Madero, colonia centro, de la ciudad de Guamúchil.

Envuelto con una sábana, con huellas de tortura y varios impactos de AK-47, además de un narcomensaje, fue encontrado el cuerpo de un joven que había sido "levantado" por sujetos armados en la Zona Dorada de Mazatlán.

La Agencia del Ministerio Público Especializada en Homicidios Dolosos reconoció al occiso como Said Ismael Haro Bañuelos, "El Mayo", de 33 años y con domicilio en la colonia Montuosa.

Se estableció que a las 7:00 horas ocurrió el hallazgo del cadáver, frente a una cocina económica ubicada entre las calles Pedro Infante y Antonio Cuadros, del sector Olímpica.

Fue a un costado de la banqueta donde vecinos vieron el cuerpo de una persona que estaba envuelto en una sábana blanca y enredado con un cordón amarillo y cinta canela.

Junto al "ensabanado" fue localizado un pedazo de cartón en el que se apreciaba la leyenda: "Sigue mandando a matar policías, aquí esta tu pistolero Chaguillo".

Tras el reporte del hecho, al lugar arribaron elementos de las diferentes corporaciones policiacas, que enseguida acordonaron el área.

Peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado recogieron al menos tres casquillos percutidos calibre 7.62x39 milímetros, que son utilizados por rifles de los llamados "cuerno de chivo".

Señalaron policías preventivos que al parecer se trataba de la misma persona que un día antes había sido privada de su libertad por varios sujetos armados, en el estacionamiento de un hotel de la Zona Dorada.

En las primeras indagatorias, personal de Servicios Periciales mencionó que el occiso presentaba varios impactos de bala en tórax, y que presuntamente había sido golpeado.

Tras dar fe del deceso, el agente del Ministerio Público ordenó que el cadáver fuera trasladado a la funeraria de guardia, donde posteriormente sería reclamado por sus familiares.

Jaime Valdez Avitia, director operativo de la Policia Municipal, sufrió un atentado a balazos anoche, cuando circulaba por la carretera vieja de El Burrión.

Según datos de la propia corporación, el jefe policiaco circulaba acompañado de un escolta en una camioneta Cheyenne, blanca, modelo 2008, cuando al llegar al punto conocido como la Y sujetos que iban a bordo de un Nissan Sentra, tinto, le empezaron a disparar por detrás.

Ante la agresión, Valdez Avitia aceleró la marcha de la unidad y llegó hasta la base de la DSPM de El Burrión para refugiarse.

Instantes después la Policía Municipal implementó un operativo al que se unieron más tarde elementos de la Policía Estatal Preventiva, de la Policía Federal y del Ejército mexicano, sin lograr resultados.

La camioneta en la que circulaba el director operativo de Seguridad Pública presentó nueve impactos de bala, al perecer de AK-47, siete de los cuales hicieron blanco en la caja del vehículo dos más en la estructura de la cabina.
Pese a los disparos, Valdez Avitia y su escolta fueron reportados ilesos.

En el cambio de turno de esta mañana, Valdez Avitia no había hecho presencia en las oficinas de la corporación.
A las 10:30 horas, Feliciano Valle López, Secretario del Ayuntamiento, dará una conferencia de prensa sobre los hechos.

Ejecutado a balazos, amarrado de pies y manos y con un mensaje fue encontrado un oficial de la Policía Municipal que fue "levantado" por un comando armado la tarde del jueves en el estacionamiento de un súper mercado del poblado Bellavista, sindicatura Culiacancito.

Con éste crimen suman 65 los policías asesinados en Sinaloa en lo que va del año, a pesar de los impresionantes despliegues policiacos-militares que se registran en la capital del estado para inhibir la ola violenta.

La víctima fue identificada como Pablo Aispuro Ramírez, de 40 años, con domicilio conocido en la sindicatura Villa Adolfo López Mateos, "El Tamarindo", quien se encontraba adscrito a la Tercera Compañía de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

La localización del cadáver se registró a las 06:50 horas a raíz de una llamada anónima que alertaba sobre un cuerpo sin vida en la zona de cultivos de Bacurimí.

Corporaciones policiacas y militares se trasladaron a una parcela en proceso de siembra que se encuentra a 3.5 kilómetros de la carretera Culiacán-Culiacancito, y a unos 20 metros del canal lateral 100.

El cuerpo del agente estaba colocado junto a un árbol de guamúchil, cubierto con una cobija y tenía puesto un sombrero de palma con los colores de la bandera nacional.

Al destaparlo se pudo constatar que su cuello estaba atado con un alambre al árbol, amarrado de pies y manos, y presentaba varios impactos de bala.

Junto al cadáver se encontró un mensaje que rezaba: "¡SOY EL POLICHARRO! ERA SOY CHARRO Y MOCHOMERO POR ESO ESTOY AQUI SOMBRIANDO !AJUAAA! A Y YO PUSE A MIS COMPITAS DEL C-U- IVA PONER A UNOS CUANTOS MAS PERO NO ALCANSE !ADIOS!".

El personal de la Dirección de Criminalística y Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado recogió del lugar 32 casquillos calibre 7.62x39mm para fusil AK-47 "cuerno de chivo".

Sicarios se lo llevaron

Pablo Aispuro Ramírez, agente asignado a la Tercera Compañía de la Policía Municipal, fue privado de su libertad a las 17:30 horas del jueves cuando se encontraba a bordo de su camioneta Chevrolet, color blanco, a las afueras del OXXO de Bellavista.

El preventivo acaba de terminar su jornada laboral cuando hasta ese lugar arribaron varios sujetos armados con fusiles de alto poder, lo sometieron y se lo llevaron a la fuerza.

Den­tro de la se­rie de eje­cu­cio­nes que se han da­do en los úl­ti­mos días en to­do el te­rri­to­rio del Es­ta­do de Mé­xi­co, la víc­ti­ma aho­ra fue un hom­bre de apro­xi­ma­da­men­te 35 años de edad, cu­yo ca­dá­ver lo des­cu­brieron la no­che de ayer, con un ba­la­zo en la ca­be­za, den­tro de una ca­mio­ne­ta To­yo­ta, en­con­tra­da aban­do­na­da en el es­ta­cio­na­mien­to de un ho­tel de es­ta lo­ca­li­dad.

Au­to­ri­da­des po­li­cia­cas, fie­les a su cos­tum­bre, in­for­ma­ron que has­ta el mo­men­to se des­co­no­ce tan­to la iden­ti­dad del aho­ra oc­ci­so co­mo de los pre­sun­tos ho­mi­ci­das, los cua­les, se­gún di­je­ron, por la for­ma en que co­me­tie­ron el cri­men se­gu­ra­men­te ac­tua­ron en una nue­va ven­gan­za de pre­sun­tos ma­fio­sos, aun­que no des­car­ta­ron tam­bién una ven­gan­za de ti­po pa­sio­nal, ya que se pu­do es­ta­ble­cer que el aho­ra oc­ci­so te­nía va­rios mi­nu­tos en el lu­gar, tal vez en es­pe­ra de al­gu­na mu­jer que nun­ca lle­gó por­que po­si­ble­men­te su es­po­so, aman­te o pa­re­ja se le ade­lan­tó pa­ra "la­var su hon­ra".

El ca­dá­ver del des­co­no­ci­do fue des­cu­bier­to la no­che de ayer, en el in­te­rior de una ca­mio­ne­ta To­yo­ta, ti­po Rav-4 gris, pla­cas de cir­cu­la­ción 285-RSS que se en­con­tra­ba en el es­ta­cio­na­mien­to del ho­tel Vi­llas Fi­re­ce, ubi­ca­do en el nú­me­ro 228 de la Ave­ni­da Pri­me­ro de Ma­yo, en la Co­lo­nia San An­drés Ato­to, en es­te mu­ni­ci­pio.

El oc­ci­so que­dó re­cos­ta­do en uno de los asien­tos tra­se­ros de la ci­ta­da ca­mio­ne­ta y pre­sen­ta­ba un ba­la­zo en la ca­be­za con en­tra­da en el pa­rie­tal del la­do de­re­cho y sa­li­da en el iz­quier­do, al pa­re­cer de una pis­to­la ca­li­bre .9 mi­lí­me­tros, pues a un cos­ta­do del cuer­po se lo­ca­li­zó un cas­qui­llo per­cu­ti­do de di­cha ar­ma.

Au­to­ri­da­des po­li­cia­cas in­for­ma­ron que de acuer­do a las pri­me­ras ver­sio­nes que dio el per­so­nal del ci­ta­do ho­tel, el aho­ra oc­ci­so lle­gó so­lo al lu­gar, al­re­de­dor de las 23:00 ho­ras de ayer y lue­go de que es­ta­cio­nó su ca­mio­ne­ta per­ma­ne­ció en ella va­rios mi­nu­tos, lo que ha­ce pen­sar que po­si­ble­men­te es­ta­ba es­pe­ran­do a al­guien, que bien pu­do ser una mu­jer.

El mis­mo per­so­nal del ho­tel, ex­pli­có que gra­cias a las cá­ma­ras de vi­deo que se tie­nen ins­ta­la­das en el lu­gar, pu­die­ron es­ta­ble­cer que cuan­do el aho­ra oc­ci­so se en­con­tra­ba en la par­te tra­se­ra de la ca­mio­ne­ta, un su­je­to des­co­no­ci­do lle­gó y se le acer­có y cuan­do pen­sa­ban que era co­no­ci­do de él sor­pre­si­va­men­te sa­có de en­tre sus ro­pas una pis­to­la pa­ra eje­cu­tar­lo de un ba­la­zo en la ca­be­za.

Co­me­ti­do el ase­si­na­to, di­jo el mis­mo per­so­nal del ho­tel, di­cho su­je­to co­rrió pa­ra dar­se a la fu­ga y per­der­se en­tre las os­cu­ras ca­lles del lu­gar.

Au­to­ri­da­des po­li­cia­cas in­for­ma­ron, que an­te es­te tes­ti­mo­nio exis­ten dos hi­pó­te­sis por las que se cree que el des­co­no­ci­do fue ase­si­na­do, la pri­me­ra de ellas, di­je­ron, es que se cree que po­si­ble­men­te es­ta­ba es­pe­ran­do en el ho­tel a al­gu­na mu­jer y que el es­po­so, aman­te o pa­re­ja de di­cha da­ma, se en­te­ró de su in­fi­de­li­dad­, se le ade­lan­tó y lo eje­cu­tó pa­ra la­var su hon­ra; la se­gun­da es que el aho­ra oc­ci­so pu­do ha­ber si­do eje­cu­ta­do en una ven­gan­za de pre­sun­tos ma­fio­sos, pre­sun­cio­nes que se­gún la PJ ya son in­ves­ti­ga­das y que es­pe­ran pue­dan acla­rar en los pró­xi­mos días con la ayu­da que ob­te­ngan de las cá­ma­ras de vi­deo que se en­cuen­tran ins­ta­la­das en el ho­tel y que cap­ta­ron al pre­sun­to ho­mi­ci­da cuan­do co­me­tió el ase­si­na­to.

En tan­to del aho­ra oc­ci­so lo úni­co que se di­jo es que era de una edad apro­xi­ma­da a los 35 años, 1.73 me­tros de es­ta­tu­ra, tez mo­re­na cla­ra, ca­be­llo ne­gro la­cio, ce­jas se­mi­po­bla­das, ojos ne­gros, na­riz re­gu­lar, bo­ca gran­de, la­bios grue­sos y que co­mo se­ña par­ti­cu­lar pre­sen­ta­ba va­rios ta­tua­jes en el bra­zo iz­quier­do, uno con la fi­gu­ra de un mur­cié­la­go, otro con el de una ca­de­na, uno más de va­rios chan­gui­tos y un úl­ti­mo con la fi­gu­ra del sol.

Cinco personas detenidas, el aseguramiento de un arsenal, más de 208 mil pesos, 684 dólares americanos, 3 kilos de cristal, 3 mil 500 dosis de la misma droga y dos camionetas, entre otros artículos, fue el resultado del cateo a una casa al parecer de seguridad de gatilleros en el Fraccionamiento El Toreo.

A los detenidos se les integra una averiguación previa como probables responsables de delitos contra la salud, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, Asociación Delictuosa, Operaciones con recursos de procedencia ilícita, corrupción de menores y los que se lleguen a configurar, manifestó personal allegado a la Procuraduría General de la República.

Los hombres detenidos son José Luis García González, quien presuntamente resultó con una orden de aprehensión en Tuxpan, Nayarit, por homicidio culposo; y Miguel Ángel Díaz Sánchez, vecino de la Calle Noche Buena, de la Colonia Loma Bonita.

Otro es Simón García Pedregosa, oriundo de Torreón, Coahuila, quien dijo ser locutor de radio y en todo momento negó las acusaciones en su contra.

Policías dijeron que el operativo inició alrededor de las 19:30 horas de ayer, luego de que se dio el aviso anónimo de que por la Avenida Del Toro y Calle Curro Rivera, del Fraccionamiento El Toreo, se enfrentaban a tiros agentes federales con presuntos delincuentes.


Asegura SSPyTM que detención y cateo en El Toreo fue golpe importante al crimen organizado

La detención de cinco personas así como el aseguramiento de armas, droga, dinero y vehículos tras una persecución y cateo en un domicilio en el Fraccionamiento El Toreo fue un golpe muy importante contra el crimen organizado, manifestó el secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Jesús Gilberto Acuña Armenta.

Ejecutado de seis impacto de bala, fue encontrado el cuerpo semidesnudo de Angel García Moreno, jefe de Seguridad del Delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en el estado.

Vía radio, la Central de Comunicaciones de la Policía Preventiva, informó a una de sus unidades que se trasladara hasta el camellón del río Carrizal, a escasos metros del Centro Administrativo de Pemex, ya que al parecer un par de personas habían reportado a un sujeto ensangrentado que estaba tirado en el lugar.

El comandante Lázaro Feria, confirmó la información del hallazgo del cuerpo de una persona del sexo masculino, el cual visiblemente se le observaban varios impactos de bala, tres en la espalda e igual número en la cabeza.

En cuestión de minutos la zona había sido rodeada por personal castrense y elementos ministeriales,que acompañaban al agente del Ministerio Público, quien dio fe de los hechos y ordenó el levantamiento del cuerpo.

Durante el rastreo criminalístico, peritos localizaron sobre el camino vecinal cuatro casquillos percutidos, al parecer 9 milímetros, además de una llave de esposas o mancuernas, la cual son utilizadas para arrestar a sospechos o delincuentes y un par de zapatos, los cuales habían sido arrojados a escasos diez metros de donde se encontraba el cuerpo boca abajo.

Horas más tarde, efectivos de la Agencia Federal de Investigaciones se trasladaron hasta las instalaciones de la PGJ, donde presuntamente identificaron al ahora extinto como Angel García Moreno, quien era el encargado de la Seguridad del Delegado de la PGR, Bernardino Rico Maya.

Aunque no se ha dicho los motivos por el cual fue ultimado, algunas fuentes al interior de la misma PGR, revelan que se trató de un posible ajuste de cuentas, pues la forma en que fue encontrado es el sello característico del narcotráfico, por lo que pudo estar brindando protección a presuntos delincuentes.

Esta persona había sido levantada 18 horas antes, cuando se dirigía a su domicilio en la ranchería Buenavista, Centro.